Academia de Ciencias Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales


Cierre del acto de ingreso en la Academia como Académico Correspondiente del Ilmo. Sr. D. Antonio Ramón Vaquero Sánchez realizado por el Excmo. Sr. Presidente de la Academia



Excmo. Sr. Presidente de la Sección de Físico-Químicas y hoy también padrino,
Ilmo. Sr. Secretario General de la Academia
Excmos. Srs. Presidente de Honor y Saliente de la Academia,
Excmos. e Ilmos. Académicos y académicas,
Querido Aspirante
Familiares y amigos del nuevo académico.
Señoras y Señores:

Iniciamos hoy las actividades del Curso Académico 2017 en nuestra Academia y lo hacemos con este acto solemne de recepción de un nuevo académico correspondiente que, estoy seguro de ello, vendrá a enriquecer nuestra institución con sus colaboraciones y aportaciones a la misma y a quien deseo la más fructífera y agradable incorporación.

Es, pues, un día de regocijo para todos nosotros ya que con esta integración la Academia se enriquece al incorporarse a ella un nuevo miembro, un hombre cargado de experiencia profesional en su ámbito de proyección científica y, a la vez, avalado por una solera histórico-familiar en la lucha por la libertad, la tolerancia y la independencia, en definitiva por los valores que aglutinan a las Academias y nos hermanan a los Académicos.

Quisiera, por ello, empezar esta breve intervención felicitando al nuevo académico por su discurso de investidura; una, para mí, oportunísima intervención en el tiempo sobre un tema de rabiosa actualidad: La Informática y, con ella, el deseo del aspirante de que sea incluida en el contexto académico como una Ciencia más.

A su vez, deseo también felicitar al padrino, doctor Prieto, por su laudatio del neófito y su discurso de investidura, una intervención, bajo mi punto de vista, muy oportuna y aclaratoria sobre la formación histórica del aspirante y de su currículo.

No es misión de esta presidencia, así lo entiendo y he manifestado en varias ocasiones, entrar a valorar el currículo del nuevo académico ni tampoco el contenido de su discurso, pues creo que eso ya lo hizo en su día el pleno de la Academia, cuando aceptó su incorporación, y hoy de forma brillante, su padrino y Presidente de la Sección correspondiente. No obstante, sí es mi deseo manifestar mi identificación personal con el contenido de la disertación del Dr. Vaquero y, muy especialmente, con algunas de las opiniones que en la misma se vierten.

Así, me preocupa, y mucho, como al parecer a él le viene preocupando desde hace tiempo, que la desmesurada incorporación de términos lingüísticos nuevos que la informática viene originando pueda alterar la cohesión lingüística de la comunidad hispanoparlante. Agradezco, por ello, el esfuerzo que nuestro nuevo académico viene haciendo para tratar de evitar la corrupción, como él mismo denomina, por la introducción de términos incorrectos dando lugar a una alteración del gran pilar de todo conocimiento que es el lenguaje como vehículo de ideas.

Coincido también con él en que la principal asignatura pendiente que tenemos en nuestro país en la actualidad, y desde viejo, es la Educación y asociada al mismo la necesidad urgente por resolver el bajo nivel del dominio de la lengua de nuestros jóvenes.

Diera la impresión al respecto de que nuestra sociedad se interesa poco por la cultura y, como consecuencia, no se detecta la necesaria presión social sobre los poderes públicos para tratar de corregir las desviaciones que se vienen detectando y de las consecuencias que las mismas acarrean, las que, curiosamente, sí aparecen en los índices de preocupación colectiva.

Nuestros responsable políticos no parecen darse cuenta del todo de que la inversión más rentable es precisamente la educación y de que para conseguir éxito en la misma hay que empezar por preparar, motivar y seleccionar al profesorado y, cómo no, de su actualización, y, todo ello, bajo un punto de vista conceptual y no solo de incorporación de medios materiales.

Hace unos días, yo mismo y en este mismo lugar, evocaba las palabras de Ana María Matute cuando decía que hay que resolver y corregir, crear soluciones en definitiva, inventando.

Entiendo que, en la actualidad y como siempre, existen en nuestro país problemas y deficiencias consecuencia de la incorporación de las nuevas tecnologías, máxime cuando estas incorporaciones, como es el caso de la informática y sus aplicaciones, han tenido un desarrollo tan vertiginoso.

Los medios de comunicación social han evolucionado de tal forma en poco tiempo y han revolucionado de tal modo el concepto, en sí, de comunicación, que se han originado lagunas muy importantes sobre las que, bajo mi punto de vista, se hace necesario actuar con urgencia.

Se hace necesaria, pues, y siguiendo a nuestro compañero García Calderón, una regulación apropiada de las nuevas tecnologías y sus aplicaciones arbitrando fórmulas que vigilen el vertido de contenidos en las redes de información públicas exigiendo, a su vez, las responsabilidades personales o colectivas que correspondan, pues no se trata solamente de comprender el beneficio de la difusión de tales vertidos sino del efecto que la utilización de estos medios produce en nuestra relación con los demás y de someterlo a un debate ético y legal que aun no se ha producido.

La informática y sus aplicaciones, el tema que en buena medida hoy nos ocupa, está muy desarrollado, se puede considerar incluso antiguo, del siglo pasado, pero su regulación jurídica es muy incompleta e incluso, como dice García Calderón, torpe, pues se debe huir en las relaciones a través de las redes del anonimato como forma de expresión habitual en la que se está educando a nuestra juventud ya que la posible “indignación” que pueda originar el vertido, debe ser “rubricada” por la responsabilidad de quien lo vierte.

En definitiva, queridos compañeros, debemos, como dice en su conclusión nuestro aspirante, “aprender a razonar” como base, diría yo, de la subsecuente responsabilidad que implica alcanzar conocimiento, y conscientes como diría Bertrand Russell de que “la mejor forma de vivir es la que se inspira en el amor y se guía por el conocimiento”, esa, posiblemente, fue la pauta de vida del mítico D. Benigno y constituye la esencia de nuestras ACADEMIAS.

Muchas gracias a todos por su atención.

Se levanta la sesión.